
ISLA DEL PALMAR, UN PUEBLO CON MUCHA HISTORIA

Vicente Blasco Ibáñez, novela Cañas y Barro (1902)


PESCA EN LA ISLA DEL PALMAR, LAGO DE LA ALBUFERA.
El Parque Natural de la Albufera de Valencia comprende el sistema formado por 21120 hectáreas que incluyen el lago de la Albufera, su entorno húmedo o marjal de arrozales, y el cordón litoral adyacente a ambos denominado La Dehesa que separa el lago de el mar mediterráneo. El nombre de Albufera proviene del termino árabe al-buhayra, que significa pequeño mar o espejo del sol. El lago tiene una extensión de 23,94 Km2, una profundidad media de 1 metro y está rodeada de 223 Km2 de arrozales. El 23 de julio de 1986 fue declarado parque natural por la Generalidad Valenciana. El 19 de noviembre de 2004 fue aprobado por el Consejo de la Generalidad Valenciana el decreto 259/2004 por el que se establece el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de la Albufera.

EL SORTEO DELS REDOLINS
A partir de 1857 los pescadores empiezan a trabajar de forma más organizada, la Comunidad de Pescadores del Palmar empieza a gestionar la actividad pesquera de la Albufera. Se escriben las normas de como y cuando se debe pescar además de gestionar el pago de los tributos de la pesca en metálico y no en especies como se había hecho anteriormente. Es en este momento cuando se introduce el sorteo dels redolins con el fin de repartir los puestos fijos de pesca o calaes de la Albufera, puntos de pesca fijos con mucha corriente óptimos para la captura de anguilas y lubinas.

Vicente Blasco Ibáñez, novela Cañas y Barro (1902)
En cada redolí, bola de madera con un agujero central, se introduce el nombre del pescador que opta a elegir una calà. De manera aleatoria se van sacando els redolins y los pescadores asociados a cada uno van eligiendo la calà que consideran oportuna de las que aún no han sido elegidas. El último en salir en el sorteo, el menos agraciado, será el encargado de pesar diariamente las capturas del resto de pescadores, teniendo derecho a 1/10 de las capturas.
«Los del Palmar, con su sabiduría, habían estudiado las costumbres de las anguilas. Viendo que durante la noche se aproximan hacia el mar, y en la oscuridad tempestuosa juegan como locas, abandonando el lago para meterse en los canales, habían encontrado más cómodo cerrar las acequias con barreras de redes sumergidas, colocar junto a ellas las bolsas de malla de los mornells y monots, y la pesca por sí sola iba a colarse en el engaño, sin más trabajo para el pescador que vaciar el seno de sus artefactos y volver a sumergirlos. !Y qué admirable organización la de la Comunidad del Palmar! El tío Paloma se entusiasmaba hablando de esta obra de los antiguos.»
Vicente Blasco Ibáñez, novela Cañas y Barro (1902)

CULTIVO DEL ARROZ EN LA ISLA DEL PALMAR.
EL PALMAR Y VICENTE BLASCO IBÁÑEZ
«Despertaba la huerta, y sus bostezos eran cada vez más ruidosos. Rodaba el canto del gallo de barraca en barraca. Los campanarios de los pueblecitos devolvían con ruidoso badajeo el toque de misa primera que sonaba a lo lejos, en las torres de Valencia, esfumadas por la distancia» La Barraca, 1898

«Llegó la gran fiesta del Palmar, la del Niño Jesús. Era en diciembre. Sobre la Albufera soplaba un viento frío que entumecía las manos de los pescadores, pegándolas a la percha.» Cañas y Barro, 1902
«Como todas las tardes, la barca-correo anunció su llegada al Palmar con varios toques de bocina. El barquero, un hombrecillo enjuto, con una oreja amputada, iba de puerta en puerta recibiendo encargos para Valencia, y al llegar a los espacios abiertos en la única calle del pueblo, soplaba de nuevo en la bocina para avisar su presencia a las barracas desparramadas en el borde del canal.» Cañas y Barro, 1902